Escrito por Tania M. De Jesús Laboy
Doula de Parto y Posparto, Educadora en Lactancia
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Todo esto puede parecer como algo nuevo e innecesario, pero la
realidad es que las mujeres embarazadas siempre habían estado acompañadas,
hasta que algunas sociedades comenzaron a tratar el parto como una enfermedad, dejando
a un lado el evento familiar que verdaderamente es. Y por considerarlo una
enfermedad, lo movieron al hospital, y por ocurrir en el ambiente hospitalario,
la familia ya no pudo participar. En estos casos, la mujer se quedó sola; sola,
acostada, amarrada, drogada y ausente. En unas pocas décadas, lograron que la
mujer olvidara que fisiológicamente, su cuerpo está preparado para cargar otra
vida, parir sin complicaciones y alimentar sin malnutrir. Y todo esto se
realizó sin que se considerara como acto de violencia contra otros sujetos -y
hablo en plural porque hay dos vidas directamente involucradas: una es adulto y
la otra es infante.
Por eso renace la doula como profesional. Porque no todas las
mujeres de esta sociedad tienen cerca a mujeres sabias que las acompañen en el
camino hacia la maternidad. Porque no todas saben que la maternidad no es ni un
obstáculo ni una debilidad. Porque no todas conocen sus derechos o cómo
defenderlos. Porque no todas saben que pueden escoger cómo y dónde parir. Porque
no todas saben que no tienen por qué estar solas. En Puerto Rico, la situación
no es muy diferente y por eso, también hay doulas que acompañamos a la mujer que
quiere dar a luz tanto en el hogar como en el hospital. Y es en el ambiente
hospitalario donde más falta hace nuestro trabajo, para ayudar a la mujer a
encontrar su fuerza, para que ocurran más partos respetados y menos
violentados, para que nuestros y nuestras hijas nazcan de forma gentil, para
que la mujer no sea víctima de violencia en un momento que debería ser de dicha
y paz.
En el 2006, se aprobó la Ley 156 de acompañamiento durante
el trabajo de parto, nacimiento y posparto con el fin de proteger a la madre y
al bebé física, biológica y psicológicamente en el momento del parto. Esta ley debe
proteger los siguientes derechos:
- Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que se pudieran realizar para poder escoger, de haber otras alternativas
- Ser tratada con respeto durante todo el proceso
- Tener un parto natural como primera alternativa al evitar prácticas y medicamentos sin una justificación médica
- Ser informada del progreso del parto, su estado de salud y el de su bebé durante todo el proceso
- Ser informada de cualquier intervención con propósito investigativo y requerir su consentimiento por escrito antes de realizarla
- Estar acompañada durante todo el proceso por quien ella escoja, sea su pareja, un familiar, amistad o doula y sin la necesidad de tomar alguna clase o preparación para el parto
- No ser intimidada en ningún momento, durante todo el proceso
- Tener consigo a su hijo o hija en todo momento mientras permanezca en el hospital
- Ser informada sobre la importancia de lactar
- Ser informada sobre la Ley 79, que prohíbe que se alimente al bebé con cualquier sustituto de la leche materna (fórmula o glucosa, por ejemplo)
Lamentablemente, son demasiadas las instituciones
hospitalarias que no cumplen con la Ley 156 y las mujeres continúan siendo
víctimas de otro tipo de violencia sin saberlo. Esta semana termina, pero
nosotras, las doulas, recordamos todos los días el hermoso rito de paso que es
el parto y los actos violentos que día a día lo atropellan.
A continuación presentamos un video sobre el acompañamiento
durante el parto. Es parte de una colaboración entre la iniciativa de prevención de cesáreas
inne-CESAREA.org y la Red de Doulas de Puerto Rico.